COSTUMBRISMO Y PAISAJISMO SE IMPUSIERON.
JOSÉ MARÍA VELASCO
Un género característico del arte del siglo XIX se conoce
como costumbrismo porque el motivo principal, ya sea de una obra pictórica o de
una novela, es la descripción de las costumbres de la sociedad. El espíritu
romántico le da mayor intensidad al propósito que ánima al costumbrismo, el otro
tema presente en el arte fue el paisaje. Las enseñanzas de Eugenio Landesa
fructificaron en alumnos como Luis Coto, Salvador Murillo y, sobre todo, en José
María Velasco, en cuyas obras abundan los paisajes desde distintas perspectivas,
pues de igual manera que mostró horizontes amplios del valle de México, también
analizó fragmentos del paisaje con la mirada científica propia de su
tiempo.
Concepto
Dentro de obras de mayor calado y de diferentes estilos se da el incluir cuadros costumbristas a lo largo de toda la historia de la literatura y no sólo en el siglo XIX, cuando tuvo su apogeo este tipo de literatura, especialmente en la literatura española.
- Tendencia o género literario que se caracteriza por el retrato e interpretación de las costumbres y tipos del País. La descripción que resulta es conocida como "cuadro de costumbres" si retrata una escena típica, o "artículo de costumbres" si describe con tono humorístico y satírico algún aspecto de la vida..[2]
Se tiende a hablar del costumbrismo referido sobre todo a autores a partir del siglo XIX, cuando la burguesía, tras el estallido romántico o incluso dentro de él, siente la melancolía de sus perdidos orígenes campesinos y ve que con la Revolución Industrial y el éxodo del campo a la ciudad ciertas costumbres y valores tradicionales empiezan a perderse o transformarse, pero también para diferenciarse y ditinguirse claramente de ellas.
El costumbrismo, a diferencia del Realismo, con el que se halla estrechamente relacionado, no realiza un análisis de esos usos y costumbres que relata y por tanto se queda en un mero retrato o reflejo sin opinión de dichas costumbres, motivo por el que a menudo se habla de cuadros costumbristas o de género para referirse a cualquiera de estas manifestaciones, no sólo a las pictóricas. Por otra parte, el género literario del libro de viajes se muestra, cuando no aparece analizado y crítico, sino meramente impresionista, la misma desviación superficial o defecto que cabe denominar Pintoresquismo.
Los cuadros de costumbres
Los cuadros de costumbres, llamados también artículos de costumbres son bocetos cortos en los que se pintan costumbres, usos, hábitos, tipos característicos o representativos de la sociedad, paisaje, diversiones y hasta animales, unas veces con el ánimo de divertir (cuadros amenos) y otras con marcada intención de crítica social y de indicar reformas con dimensión moralizadora.
El artículo de costumbre es uno de los géneros más ampliamente leídos en el Mundo Hispánico, al parecer porque interpretan raíces hondas de la raza y corresponden al gusto por estos estudios de la realidad circundante. Son características de los cuadros de costumbres: acendrado localismo en sus tipos y lengua; color local, énfasis en el enfoque de los pintoresco y representativo; popularismo; sátira y crítica social, con intención de reforma; infiltración del tema político-social; reproducción casi fotográfica de la realidad con escenas a veces muy crudas y vocabulario rudo y hasta grosero; colorido, plasticidad. Constituye el costumbrismo el punto de partida para el realismo y el naturalismo que vendrían después. El cuadro costumbrista nació indisolublemente ligado al periodismo, quizás por su carácter popular y su anhelo de resaltar costumbres contemporáneas.[3]
La novela costumbrista
La novela costumbrista tuvo numerosos cultores. En parte, la novela costumbrista debe considerarse como la hermana mayor del cuadro de costumbres, que tanta difusión alcanza en la época. Aunque en realidad lo que hacía por lo común la novela costumbrista era disponer como fondo una sucesión de escenas populares, de acentuado color local, a las cuales estaba íntimamente ligada la trama de la obra.
A su vez, conviene declarar que ciertos contactos entre la novela social y la novela costumbrista se rompen al considerar que la segunda acentúa en particular lo local, lo pintoresco que trata de justificarse precisamente por eso, en su carácter propio, distintivo, fuera de alegatos o choques de capas sociales.
La novela costumbrista tuvo especial resonancia en algunos países. Así, en México o en Colombia, donde el costumbrismo se inserta también en el campo de otras novelas, no específicamente costumbristas. Por ejemplo, es notorio el peso que elementos de esta naturaleza tienen en una novela sentimental como María (novela), de Jorge Isaacs. Es evidente que el costumbrismo no se superpone aquí al eje fundamental de relato, pero es indudable también que—aun sin fusionarse—lo sentimos (y evocamos) como un elemento imprescindible del relato: fondo vivo y --¿y por qué no?-- tema secundario que sirve a menudo de necesaria, aquíetadora alternancia a la historia sentimental. También, punto de referencia, ámbito de hombre y circunstancia en que la novela nace.
En general, el costumbrismo suele hallarse como ingrediente en gran parte de las novelas hispanoamericanas de todo tipo, de la misma manera que suele hallarse el paisaje americano. Así como a veces recurrían a épocas y tierras lejanas, en ansías de evasión, otras veces gustaban de lo cercano y cotidiano, que—entonces, sobre todo—despuntaba primicias inéditas. Era esta también una manera de ganar lectores y aun de dar "sello" americano a las novelas. Por una parte, realidad conocida (para el lector de estas tierras), y, por otra, diferenciación frente a obras más famosas que venían del otro lado del Atlántico.
Naturalmente, resultaba común que la obra costumbrista americana, en su afán de reflejar de la manera más fiel posible una realidad, abundara en localismos. De ahí también las notas y explicaciones en textos que aspiran a ganar lectores lejanos .
1 comentario:
que bueno que se propague la cultura para los jovenes
ojala surjan otros velasco en mexico
FELICIDADES
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